El ministro de Gobierno de Río Negro, Fabián Gatti, sostuvo en Canal 10 que el nuevo proyecto impulsado por el gobernador Weretilneck busca terminar con el modelo jurídico “abolicionista” que, según sus palabras, facilitó el crecimiento de la inseguridad en el país durante las últimas décadas. El funcionario defendió los cambios propuestos al régimen de reincidencia y prisión preventiva, y anticipó que serán tratados en la sesión legislativa del 22 de mayo.
“El delito en la Argentina se volvió una profesión porque no tenía costo”, declaró Fabián Gatti, en una entrevista con Canal 10, donde defendió con énfasis el proyecto de ley que impulsa el gobernador Alberto Weretilneck para modificar el sistema penal provincial. Según el ministro, se trata de una iniciativa que pone fin a un “modelo jurídico institucional pernicioso” basado en una visión “abolicionista” que impidió la aplicación real de sanciones al delito común.
“La inseguridad es, sobre todo, un problema ideológico”, afirmó. Y agregó: “Cuando dejamos el garantismo, que es la aplicación de la Constitución, y adoptamos el abolicionismo, los índices de inseguridad y la sensación de peligro crecieron”.
Gatti explicó que la iniciativa que enviará el Ejecutivo a la Legislatura incluye un endurecimiento del régimen de prisión preventiva: “A partir de ahora, con dos flagrancias o dos procesos con elevación a juicio, baja la prisión preventiva. Es decir, se espera el juicio en prisión, no en libertad”. En su visión, esto genera un beneficio doble: “Gana el detenido porque su situación se resuelve más rápido, y gana la sociedad porque se detiene a quien hace del delito su forma de vida”.
El ministro señaló que el sistema actual permite que personas con múltiples causas sigan en libertad. “He visto personas con 5, 15 o 25 causas, que siguen en la calle. Si eso ocurre, ¿cómo la gente va a confiar en la justicia o la policía?”, se preguntó.
También vinculó esta situación con la falta de infraestructura penitenciaria, producto —dijo— de una visión ideológica errónea. “La última cárcel en Cipolletti se construyó hace más de 20 años. No se hicieron más porque ‘quedaba mal’ sancionar al delito”, aseguró.
En su crítica al sistema judicial, Gatti se reconoció parte del problema: “Fui alumno de Zaffaroni. Pero no puedo seguir pensando lo mismo que cuando tenía 18 años. El resultado está a la vista. El delito no puede seguir siendo gratis”.
Finalmente, al comparar con el modelo adoptado por El Salvador, expresó: “Ellos definieron que el delito se sanciona. Hoy son, junto a Canadá, el país más seguro de América. Acá priorizamos los derechos del delincuente por sobre la gente decente”.
Fuente:
Entrevista en Canal 10 de Río Negro.