Martín Miguel de Güemes, líder salteño y figura esencial en las guerras por la independencia argentina, es recordado hoy en todo el país por su valentía, estrategia militar y profundo compromiso con la libertad.
El guardián del norte
Güemes nació en Salta en 1785 y murió en 1821, tras una vida consagrada a la defensa del territorio argentino frente a las invasiones realistas. Su legado no solo se mide en batallas ganadas, sino en los valores que encarnó: coraje, identidad popular y lealtad a la causa de la emancipación.
Durante años encabezó la guerra de guerrillas conocida como la "guerra gaucha", una resistencia feroz y sostenida desde los valles del norte que impidió el avance del ejército español hacia el resto del país. Gracias a él, el frente norte permaneció firme mientras San Martín y Belgrano ejecutaban sus campañas en el sur y el oeste.
"Fue un líder del pueblo y para el pueblo"
Güemes rompió con los esquemas tradicionales al dar protagonismo a los gauchos, a quienes integró como soldados y aliados políticos. Su ejército, irregular en apariencia, fue clave en la defensa nacional.
“Güemes no luchaba por un cargo, sino por la libertad de su tierra y su gente”, destacan los historiadores. Gobernó Salta con independencia y firmeza, enfrentando no solo a los realistas, sino también a sectores porteños que no veían con buenos ojos su autonomía.
Un legado de resistencia y convicción
Murió el 17 de junio de 1821, tras ser herido en combate y negarse a rendirse. Hasta su último aliento sostuvo la causa independentista. Hoy, 204 años después, se lo recuerda no solo como un militar brillante, sino como un símbolo de valores profundamente arraigados: coraje, justicia social, autonomía regional y fidelidad a los ideales de emancipación.
El general José de San Martín lo definió como “el único que con conocimiento y éxito ha mantenido la guerra de recursos en aquella parte del país”.