La alianza oficialista Juntos Defendemos Río Negro, liderada por Alberto Weretilneck, llega al cierre de listas con el respaldo de 31 intendentes y 13 partidos políticos. En un escenario polarizado entre libertarios y peronistas, el gobernador pone el foco en el territorio y sus ministros intensifican presencia en cada rincón de la provincia.
Tres claves rápidas:
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Supervisión constante, y personal
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Territorio como prueba
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Riesgo de cambios, en gabinete.
“El ojo del amo engorda al ganado”. Ese refrán grafica lo que ocurre en Río Negro. Weretilneck sigue de cerca cada movimiento de su espacio político, que ahora se llama Juntos Defendemos Río Negro, antes Juntos Somos Río Negro.
Con 31 de los 39 intendentes y fuerzas como la UCR, ARI y partidos locales, el oficialismo presentó una lista encabezada por Facundo López y Andrea Confini para el Senado, y Juan Pablo Muena para Diputados. La alianza se muestra como el bloque más amplio del mapa provincial.
En paralelo, los ministros que suelen pasar la mayor parte de su tiempo en Viedma se volcaron de nuevo al territorio. El gobernador quiere ver de primera mano cómo se traduce la campaña en gestión y cómo responden los compromisos locales.
La oposición se fragmenta entre el justicialismo, que logró un armado de unidad, y La Libertad Avanza, que definió a Lorena Villaverde como candidata al Senado y a Aníbal Tortoriello como cabeza de Diputados. La disputa se ordena entre una lógica “mi ley o anti-mi ley” que empieza a atravesar a la provincia.
Weretilneck no descansa. Más allá de que el resultado sea exitoso o moderado, cada actor político de su espacio será evaluado por lo prometido y lo hecho. Un resultado negativo podría significar cambios de rumbo dentro del oficialismo, o de gabinete.
El método se aplica también a los ojos de Karina Milei, para su espacio, pero eso ... lo contamos mañana.