Con el solsticio marcando el inicio oficial, el invierno comienza a sentirse con fuerza en El Bolsón. La primera noche de la nueva estación llega con bajas temperaturas, vientos fríos desde la cordillera y los primeros mantos de nieve que tiñen de blanco las montañas.
El cambio de estación transforma el ritmo de la ciudad. Las calles se vuelven más tranquilas, el humo de las chimeneas empieza a dibujar el cielo de los barrios y los días cortos invitan al abrigo y al encuentro en cafés, casas de té y fogones familiares.
Mientras tanto, los cerros cercanos, como el Perito Moreno, se preparan para recibir a esquiadores y turistas en las próximas semanas. Pero más allá de la actividad turística, el invierno en El Bolsón tiene su propio encanto cotidiano: las ferias cubiertas, el trabajo de los productores de dulces y chocolates, los artesanos del centro y el paisaje invernal que cada día sorprende con nuevas postales.
Las primeras heladas ya marcaron el inicio de esta temporada que muchos vecinos esperan con expectativa. "El invierno acá es distinto, es de montaña. Se disfruta del frío, de la nieve, pero también de las pequeñas cosas: una caminata bajo el sol bajo, un café mirando el Piltriquitrón, o el fuego encendido al caer la tarde", coinciden los lugareños.
Así, El Bolsón abre la puerta al invierno 2025: una estación que transforma el valle, que invita a frenar el paso y que renueva el vínculo con el paisaje y el tiempo.