Se viene la temporada de candidaturas: ¿Casualidad o estrategia?
Como quien no quiere la cosa, el paisaje político comienza a cobrar vida nuevamente. No estamos hablando de un despertar natural, sino más bien de esos "movimientos sutiles" que, para ojos entrenados, no son otra cosa que la antesala de lo que se viene. Y es que, aunque estemos a unos meses o años de las elecciones de 2025 o 2027, algunos actores políticos ya están afilando sus discursos y ajustando sus perfiles, como quien pule un auto viejo para hacerlo brillar como nuevo.
Tomemos, por ejemplo, a Aníbal Tortoriello, actual diputado, que ya está armando el partido Creo, como receta para las elecciones a senador y provinciales. Parece que la "casualidad" ha hecho que todo se empiece a mover a su alrededor.
Pero no está solo. A nivel local, el concejal Efraín Ranea también se apunta en la lista de los que "se anotan" para 2027. Lo dijo sin tapujos en el programa *Con Voz y Voto*. Parece que en El Bolsón ya están repartiendo los números para una carrera que aún no ha empezado... oficialmente.
El intendente Bruno Pogliano tampoco se queda atrás. En la sección de rumores "en off" del Diario Río Negro, se insinuaba que Pogliano está levantando el perfil, preparándose quizás para saltar a otra liga. Uno nunca sabe cuándo un cargo más alto puede estar a la vuelta de la esquina, ¿no?
Y hablando de perfiles, la secretaria de Gobierno, Adriana del Agua, parece que ha recibido el memo de "cercanía" que, según dicen, viene directo desde la recomendación de "Alberto". En un reciente reel, se la ve manejando, saludando a todo el mundo y con una sonrisa que invita a pensar: ¿Es esta la nueva estrategia de campaña? Su perfil comunicacional ha dado un giro, y en la cuenta oficial del municipio de El Bolsón ya es un rostro recurrente.
La pregunta queda flotando: ¿estamos viendo una movida genuina de cercanía con la gente o una coreografía bien ensayada de cara a las elecciones de 2025 y 2027? Como sea, el tablero político ya empieza a moverse, aunque algunos aún prefieran llamarlo "coincidencia".