El pasado fin de semana, en un partido memorable del Torneo de 11 Primera Femenino, Analia Millaqueo volvió a brillar en el equipo de Torino. En la contundente victoria 8-0 contra Rinconada, Millaqueo dejó su huella al anotar dos golazos que se ganaron los aplausos de todos los presentes. Con su equipo clasificado a semifinales, Analia sigue demostrando que su amor por el fútbol es el motor que impulsa su vida.
Millaqueo, madre y trabajadora incansable, no solo se destaca dentro de la cancha. Según una entrevista previa con Diario Jornada, su vida transcurre entre la cocina como chef y criar a sus hijos en El Bolsón. Pero cuando llega el momento del fútbol, Analia transforma el esfuerzo diario en pura magia sobre el césped. Incluso ha llegado a marcar goles olímpicos, una hazaña reservada para jugadores con un talento especial.
En el encuentro ante Rinconada, Analia anotó dos goles claves, mostrando su precisión y fortaleza como delantera. “Amo el fútbol”, expresó con emoción en un audio cuando le preguntaron qué significa este deporte en su vida. “Es mi pasión, y cada vez que entro a la cancha, me olvido de todo lo demás”, añadió.
Una de las anotaciones fue una joya de jugada colectiva, mientras que el segundo gol resaltó su astucia para encontrar espacios y definir con clase. Estos goles no solo ampliaron la ventaja de su equipo, sino que también evidenciaron su capacidad para liderar dentro del campo.
El impacto del fútbol en su vida
Más allá de las cifras y las estadísticas, el fútbol ha sido una herramienta de transformación para Millaqueo. En una región donde los recursos suelen ser limitados, su dedicación inspira a otras mujeres y niñas a seguir sus pasos, demostrando que los sueños se alcanzan con trabajo duro y pasión.
Ahora, Torino se prepara para enfrentar la semifinal con la esperanza de llegar a la final, y Analia será, sin duda, una pieza clave en este objetivo. Su historia de amor con el fútbol no solo se mide en goles, sino en el impacto que tiene dentro y fuera de la cancha.