En una entrevista emitida por CoopTV, Pablo Eldahuk, vecino y prestador turístico de Mallín Ahogado, compartió su preocupación por el impacto de las fiestas electrónicas al aire libre en una zona conocida por su conexión con la naturaleza. Eldahuk describió cómo una reciente fiesta electrónica alteró la tranquilidad de su barrio y cuestionó cómo este tipo de eventos encajan con el nuevo eslogan municipal que promociona a El Bolsón como un destino “mágico y natural”.
"No fue solo el sábado a la noche, sino que empezamos a escuchar ruido desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana. Fue una fiesta electrónica que se hizo, calculamos, a cielo abierto porque los ruidos eran insoportables. Nosotros estamos a más o menos un kilómetro del lugar y los vidrios temblaron toda la noche", comentó Eldahuk. Además, señaló que los turistas que se alojaban en su establecimiento manifestaron su incomodidad: "Durante la noche, que aquí se hace una paz hermosa, no fue así."
El vecino destacó la contradicción entre la promoción del turismo basado en la naturaleza y el impacto de este tipo de eventos: “Hay que pensar en qué turismo queremos brindar. Si seguimos con el lema de ‘mágico y natural’, deberíamos enfocarnos en dar bienestar a la gente. Si vamos a recibirlos con una fiesta electrónica, quizás sea necesario revisar ese concepto.”
Eldahuk también propuso soluciones para minimizar los conflictos generados por estos eventos: "Si están avalados, deberían cumplir con otros requisitos. Por ejemplo, hacer fiestas electrónicas en lugares cerrados, donde el sonido no afecte a los vecinos ni a los turistas, así como se les exige a los pubs que cumplan con ciertos parámetros de acústica."
Aunque la fiesta contaba con permisos habilitados, según el vecino, la situación generó malestar en todo el barrio. “El reclamo no es solo mío, es del barrio completo. En el barrio se habla mucho de esta fiesta. La intención es que esto no vuelva a repetirse,” explicó. Además, mencionó que el presidente del barrio ya había iniciado gestiones con la municipalidad para evitar que situaciones similares se repitan.
Otro vecino aportó una reflexión sobre la falta de controles y las contradicciones que surgen en este tipo de situaciones: “Sé que hubo otro evento el mismo sábado, una peña, y que algunos vecinos cercanos fueron más permisivos. Pero también escuchamos que hubo quejas en distintos puntos, incluso por el camino de La Pampa. Creo que hay una contradicción entre vivir en un entorno rural y organizar fiestas multitudinarias que generan este tipo de problemas. Me parece que la vara tiene que ser más equilibrada. Si a mí me exigen todos los papeles en regla para circular con mi vehículo en Wharton, también debería haber controles para estas actividades. En este caso, después de la fiesta, no hubo controles de tránsito y todo quedó desordenado. Es injusto.”
Eldahuk enfatizó que el principal problema fue la contaminación sonora: "No fue un evento programado como la Fiesta del Lúpulo, que sabemos que es un evento del pueblo y que todos apoyamos. Esto fue diferente. Desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana tuvimos un ‘bum bum’ constante."
¿Cómo compatibilizar la promoción de un destino turístico centrado en la naturaleza con eventos que alteran la paz del lugar?
