Cada vez más estudios demuestran que nuestro intestino es mucho más que un órgano digestivo. Con más de 100 millones de células nerviosas y productor del 95% de la serotonina, este “segundo cerebro” está íntimamente conectado con nuestras emociones y bienestar general. La clave de esta relación reside en la microbiota intestinal, una comunidad de billones de microorganismos que, además de participar en la digestión, influye en procesos inmunológicos, hormonales y neurológicos.
Pero ¿cómo funciona esta conexión entre intestino y cerebro? ¿Y es posible fortalecerla para vivir mejor? Investigaciones recientes exploran este eje bidireccional que podría ser fundamental para la salud física y mental.
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