El 4 de junio de 2011, una densa columna de ceniza volcánica cubrió el cielo de Bariloche y la región cordillerana tras la erupción del complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle, ubicado en Chile. A 14 años del evento, aún se recuerda como uno de los desastres naturales más impactantes que vivió la ciudad.
La erupción se produjo pasadas las 15 horas del sábado 4 de junio y sorprendió a los habitantes de San Carlos de Bariloche con una lluvia de cenizas que comenzó al anochecer. La magnitud del fenómeno fue tal que en pocas horas los vuelos fueron suspendidos, las calles se cubrieron con varios centímetros de material volcánico y se declaró la emergencia en toda la zona afectada.
El complejo Puyehue-Cordón Caulle, ubicado a unos 90 kilómetros al noroeste de Bariloche, comenzó su actividad con una columna eruptiva de más de 10.000 metros de altura. En las primeras 24 horas, el viento arrastró las cenizas hacia el este, cubriendo Bariloche, Villa La Angostura, Dina Huapi y gran parte de la Línea Sur de Río Negro.
Las consecuencias fueron severas: suspensión de clases, cierre de comercios, colapso de servicios básicos y un fuerte impacto en el turismo, en plena temporada baja. Muchos vecinos debieron usar barbijos y antiparras para circular, y el trabajo de remoción de cenizas se extendió durante meses.
En ese contexto, se activaron protocolos de emergencia municipales, provinciales y nacionales. Fuerzas armadas, organismos de protección civil y voluntarios participaron en la asistencia a los damnificados, limpieza de espacios públicos y distribución de agua potable.
El fenómeno también afectó la actividad aeroportuaria en Buenos Aires, Bahía Blanca y hasta Montevideo y Buenos Aires, dado que la nube de ceniza alcanzó alturas de vuelo comercial y obligó a desviar o cancelar decenas de vuelos durante semanas.