La confirmación de la Corte Suprema sobre la condena a Cristina Fernández de Kirchner reconfigura el escenario político argentino con un claro beneficiado: Mauricio Macri. El fallo, unánime y definitivo, no sólo inhabilita de por vida a la ex presidenta para ejercer cargos públicos, sino que además refuerza el discurso que el ex mandatario viene sosteniendo desde hace años.
"La Corte Suprema confirmó la condena a Cristina Kirchner en la causa Vialidad: seis años de prisión e inhabilitación perpetua. Nunca antes en la historia argentina un ex presidente había sido condenado de manera firme a prisión. Es un hecho inédito", expone el análisis periodístico. Si bien Cristina Kirchner no irá a una carcel en lo inmediato por sus fueros parlamentarios y su edad, la inhabilitación se convierte en el golpe político más letal para el kirchnerismo.
Este desenlace judicial desarma el relato del kirchnerismo en torno al concepto de proscripción. Como señala el periodista, "la Corte dictó un fallo en el marco de un proceso que duró años, con varios jueces intervinientes y el mismo recorrido que cualquier causa". De esta forma, se neutraliza la narrativa de persecución política, mientras Macri consolida su planteo de que en Argentina "hay justicia, no lawfare".
Desde la Fundación Pensar, usina de pensamiento del PRO, remarcan: "La solidez institucional de la República se afirma cuando la Justicia actúa con independencia, incluso frente a figuras de máximo poder político". En ese marco, el espacio macrista entiende que este fallo no sólo valida su histórica denuncia de corrupción kirchnerista, sino que fortalece su discurso de transparencia y respeto a la división de poderes.
En términos electorales, el efecto es inmediato: el kirchnerismo pierde a su principal referencia y entra en un proceso incierto de recambio interno, mientras el espacio de Macri observa el escenario despejado de su antagonista central. "El kirchnerismo queda obligado a buscar un nuevo liderazgo, un recambio que no es nada sencillo", sintetiza el análisis.
El fallo llega además en pleno año electoral, cuando las tensiones políticas, económicas y sociales ya están al límite. La ausencia forzada de Cristina como candidata reconfigura alianzas, altera estrategias y otorga al macrismo un aire de victoria simbólica en la disputa de relatos sobre corrupción, justicia y poder.