El escándalo que rodea al diputado nacional José Luis Espert no se limita a Buenos Aires: sus ramificaciones alcanzan a Río Negro y exponen una red de vínculos políticos, judiciales y empresariales que compromete a figuras clave del oficialismo provincial. Con denuncias cruzadas, videos comprometedores y una investigación que sigue la ruta del dinero, el caso revela el desgaste de una gestión que apuesta todo a la energía mientras lidia con deudas, sindicatos y una oposición en ascenso. ¿Está el gobierno de Weretilneck preparado para enfrentar lo que viene?
Cuando la política nacional se convierte en un lodazal, las salpicaduras no respetan fronteras. El caso Espert, que comenzó como un escándalo bonaerense, hoy tiene ramificaciones profundas en Río Negro, donde los nombres, los negocios y las sospechas se entrelazan en una trama que desnuda el estado de fragilidad institucional.
La presencia de figuras como Fred Machado, Lorena Villaverde y Claudio Ciccarelli en la zona atlántica rionegrina no es nueva, pero el video que muestra a Espert junto a Machado en una quinta en Viedma encendió todas las alarmas. ¿Qué se negocia en las sombras? ¿Qué se oculta tras las concesiones de canteras y los vínculos con el poder judicial y político?
El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y el exgobernador Horacio Massaccesi aparecen como actores secundarios en un entramado que también involucraria a la Secretaría de Energía provincial, al gobierno municipal de San Antonio Oeste en 2021, y a empresarios como Goñi, Urcera y los hermanos Poliglerdo. La ruta del dinero es el eje de la investigación, y algunos protagonistas no lograrian justificar su crecimiento patrimonial.
Lorena Villaverde, por su parte, enfrenta un final anunciado. Las denuncias por estafas en Las Grutas, sus problemas judiciales en Estados Unidos y las acusaciones internas por exigir “diezmos” a su equipo la dejaron al borde del abismo. En las reuniones con Mauricio Macr y Mileii, se habría pedido su baja de la lista, tambien se habria analizado especialmente el bajo rendimiento de su compañero de fórmula, Aníbal Tortoriello.
Desde el oficialismo nacional se da por perdida la provincia. La estrategia ya no es polarizar, sino apostar al juego de tercios, donde JSRN busca conservar la banca en el Senado. Pero el crecimiento del PRO —que duplicó su porcentaje en menos de 15 días— complica los planes del gobernador Alberto Weretilneck, quien no logra atraer al electorado de derecha representado por Juan Martín.
Mientras tanto, Weretilneck espera el visto bueno de Nación para endeudarse por otros 50 mil millones de pesos, además del descubierto que paga religiosamente al Banco Patagonia. Las dificultades para consensuar con los sindicatos son alarmantes y podrían impactar directamente en las urnas.
La frase “Alea iacta est” cobra vigencia: si no hay soluciones esta semana, la suerte estará echada. La política energética del gobernador, basada en convertir a Río Negro en una provincia con base económica en la energía, está en riesgo. ¿Por qué arriesgar tanto? El 26 de octubre por la noche, quizás Weretilneck se lo pregunte. Dos años por delante con una oposición fuerte y en ascenso no son “moco de pavo”.
El peronismo provincial parece resignado a una campaña tenue, del que sabe que gana, casi imperceptible. Lo más preocupante para el oficialismo es que, simplemente, les están ganando.
En estos 20 días que restan para las elecciones, ¿conviene recordar las decisiones de Carlos Soria en su breve mandato, en el pase a disponibilidad? mientra por otro lado, la provincia debe endeudarse para pagar gastos corrientes como la masa salarial. Hoy, los anuncios del gobierno suenan tan vacíos como “armar un puente para luego, traer el río”.
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