La consultora W, dirigida por Guillermo Oliveto, actualizó su clásica pirámide social y reveló que se achicó la población bajo la línea de pobreza y creció el segmento denominado “clase baja superior, no pobre” en la Argentina. Según el informe, el estrato más alto de la pirámide concentra al 5% de los hogares, que deben disponer de al menos $7 millones mensuales y muestran un ingreso promedio de alrededor de $12 millones.
Debajo de la clase alta se ubica la “clase media alta”, donde se concentra el 17% de los hogares, con un ingreso mensual que debería alcanzar los $3,7 millones para integrar ese grupo. Más abajo aparece la “clase media baja”, cuyo piso se ubica en $2,05 millones mensuales y un promedio cercano a $2,4 millones, segmento que reúne al 26% de la población.
En la base de la pirámide se observan los cambios más relevantes: la “clase baja, en pobreza” pasó de representar el 26% al 24% de los hogares, es decir, dos puntos porcentuales menos, e incluye a quienes tienen ingresos menores a $1,18 millones al mes. En paralelo, la “clase baja superior, no pobre” se expandió del 24% al 28% de la población, con un ingreso promedio en torno de $1,85 millones mensuales.
Los datos se construyen a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, aunque solo la línea de pobreza se calcula con una “familia tipo”, mientras que el resto de los estratos se modelan con una metodología propia del equipo de Oliveto. Esa “foto” social sirve de base para analizar el consumo y entender, en palabras del consultor, por qué “¿cómo va el consumo? La respuesta es: ¿cuál consumo?”.
En los niveles más altos, “la clase alta piensa en viajar”, describió Oliveto durante una exposición en el encuentro “Las nuevas generaciones y tendencias del mercado” organizado por el Banco Ciudad. En cambio, sostuvo que “la clase media alta se acomodó” luego del shock económico de 2024, aunque aclaró que en este escalón “no hay espacio para el error” y que muchos hogares hacen “malabares” para no retroceder en su estilo de vida.
En los segmentos de “clase media baja” y “clase baja superior, no pobre” predomina lo que el estudio define como “la cultura del ‘no’”, resumida en la frase que se repite en estos hogares: “no hay plata”. Allí se concentran las mayores restricciones y renuncias en el consumo cotidiano, pese a que una parte de esa población logró salir de la pobreza monetaria.
El trabajo también plantea un “semáforo de consumo” que muestra sectores ganadores y perdedores en lo que va de 2025. Entre los rubros en verde, autos y viajes al exterior registran repuntes superiores al 50% entre enero y octubre de 2025 frente al mismo período del año anterior.
En rojo aparecen el turismo receptivo, la indumentaria y los supermercados, con caídas que oscilan entre el 5,1% y el 18%. Dentro del consumo masivo en supermercados, los lácteos se mantuvieron relativamente estables, mientras que las ventas de limpieza cayeron alrededor del 1%, alimentos un 3%, cosmética 4,5%, golosinas 5,5%, bebidas sin alcohol 14% y bebidas alcohólicas 16,5%, de acuerdo con datos de Scentia.
En total, las ventas en supermercados se redujeron un 5,1% interanual entre enero y octubre de 2025 comparadas con igual período de 2024, lo que refleja que, aun con cierta recomposición en algunos estratos, el consumo cotidiano sigue resentido.
fuente https://www.lanacion.com.ar/economia/cuanto-hay-que-ganar-para-ser-de-clase-media-y-como-es-el-consumo-en-cada-sector-nid28112025/?utm_source=appln