El Papa Francisco recibió en el Vaticano a la dirigencia nacional de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), liderada por su Secretario General, Rodolfo Aguiar. Durante el encuentro, Aguiar solicitó al Sumo Pontífice que considere adelantar su visita a Argentina, argumentando que "hay un pueblo sufriente deseoso de su llegada".
Aguiar expresó su preocupación por las políticas de ajuste implementadas por el gobierno, señalando que estas generan un alto costo social, incrementan las desigualdades y afectan negativamente a los trabajadores. Criticó al presidente Javier Milei, acusándolo de promover discursos de odio y confrontación, lo que pone en riesgo la convivencia democrática.
El dirigente sindical informó al Papa sobre los constantes ataques del gobierno hacia los empleados estatales, que se manifiestan en el desmantelamiento de estructuras estatales y despidos masivos. Destacó la importancia del encuentro con Francisco, considerando sus palabras de aliento y bendición como un respaldo significativo para ATE y todos los trabajadores estatales.
Durante la reunión, Francisco envió un mensaje de apoyo a la lucha de los trabajadores, enfatizando el papel fundamental del Estado en la protección de los sectores más vulnerables. Subrayó que el trabajo es esencial para la familia y que atentar contra los empleos es perjudicar a las familias.
La delegación de ATE entregó al Papa un informe crítico sobre las políticas gubernamentales, detallando sus consecuencias negativas, especialmente en las poblaciones más vulnerables. El documento aborda temas como el acceso limitado a la salud pública, el aumento de tarifas de servicios, jubilaciones por debajo de la línea de indigencia y la inseguridad alimentaria que afecta a más de un millón de niños y niñas en el país.
El encuentro concluyó con un consenso sobre la necesidad de un Estado que garantice los derechos de la población y promueva la justicia social, reafirmando el compromiso de ATE en la defensa de los trabajadores y el bienestar del pueblo argentino.