Con la muerte del papa Francisco ocurrida este lunes 21 de abril, la Iglesia Católica inicia formalmente la sede vacante y el proceso para elegir a su sucesor. Mientras se organiza el cónclave que reunirá a los cardenales menores de 80 años en la Capilla Sixtina, comienzan a resonar los nombres de los posibles nuevos pontífices. Entre ellos se destacan figuras con perfiles diversos, desde reformistas hasta conservadores, que reflejan las tensiones y aspiraciones dentro del Vaticano.
Matteo Zuppi (Italia, 69 años) es uno de los nombres más repetidos. Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, es visto como el heredero natural del legado de Francisco. Su enfoque pastoral y su compromiso con los pobres, la paz y el diálogo interreligioso lo convierten en una figura cercana y contemporánea. Su nacionalidad italiana también tiene peso: no hay un papa italiano desde Juan Pablo I, en 1978.
Pietro Parolin (Italia, 70 años), actual secretario de Estado del Vaticano, es otro candidato fuerte. Con amplia experiencia diplomática, representa un perfil más moderado y pragmático. Ha sido pieza clave en negociaciones internacionales y en la gestión interna de la Curia, aunque justamente su cercanía con los círculos del poder vaticano puede jugarle en contra ante cardenales que priorizan un liderazgo más pastoral.
Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años), prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, es un candidato que podría marcar una fuerte continuidad con el estilo de Francisco, tanto por su cercanía con los sectores más vulnerables como por su mirada aperturista. Su elección implicaría un giro hacia Asia, una región de creciente peso en la Iglesia.
Peter Turkson (Ghana, 76 años), con trayectoria en temas de desarrollo humano y medio ambiente, aparece entre los favoritos como posible primer papa africano. Su perfil moderado y su compromiso con la justicia económica lo posicionan como una figura de equilibrio, aunque su edad podría restarle chances frente a candidatos más jóvenes.
Juan José Omella (España, 77 años), arzobispo de Barcelona, también figura entre los papables. De pensamiento progresista y cercano a la línea franciscana, ha tenido una activa presencia en debates sociales y políticos en España. Sin embargo, su avanzada edad puede limitar sus posibilidades en un cónclave que podría buscar una figura con mayor proyección temporal.
Además de estos nombres, otros cardenales son mencionados con menor fuerza pero representan corrientes conservadoras o más tradicionales dentro de la Iglesia: Angelo Bagnasco (Italia), Robert Sarah (Guinea), Malcolm Ranjith (Sri Lanka) y Raymond Leo Burke (EE.UU.) están entre los más conocidos en esos sectores.
El cónclave será decisivo. La mayoría de los cardenales electores fueron nombrados por el propio Francisco, lo que podría inclinar la balanza hacia un sucesor que continúe con su legado reformista. Sin embargo, como toda elección papal, también estará atravesada por negociaciones, sensibilidades regionales y el factor sorpresa que tantas veces definió la historia del papado.