Cinco meses después del incendio que arrasó con más de 200 casas en Epuyén, crecen las denuncias por abandono estatal y maltrato institucional. Vecinos acampan frente al municipio y organizan mingas para reconstruir lo que el fuego y la desidia destruyeron.
Desde el programa Ideas Circulares, emitido por Radio C, se entrevistó a Eusebio, profesor de filosofía y damnificado por el incendio en Epuyén. "La ayuda llegó parcialmente a algunos vecinos. Todavía nadie pudo reconstruir su casa", expresó. A cinco meses del desastre, muchas familias siguen viviendo en carpas.
Durante una reciente movilización, los vecinos denunciaron “abuso de autoridad” e “incumplimiento de los deberes de funcionario público” al intendente José Contreras. “Hay personas mayores abandonadas, niños y niñas que aún viven en carpa. El gobernador vino de noche, se sacó una foto y se fue. Estamos muy lejos de que esto esté resuelto”.
“La ayuda excluye arbitrariamente a vecinos y vecinas. Es una pesadilla vivir en Epuyén con autoridades que le dan la espalda al pueblo”, sostuvo Eusebio. En su caso particular, explicó que su familia fue desplazada de su chacra por la instalación inconsulta de una cancha de fútbol y un boliche: “Destruyeron el patrimonio natural, generaron violencia y pusieron en peligro la salud de la comunidad”.
Sobre las ayudas recibidas, detalló: “Se entregaron vouchers de 20 millones de pesos para comprar materiales en El Bolsón o Esquel. Es insuficiente y no incluye mano de obra. Algunos ni siquiera pudieron volver a su tierra”. La justicia local también fue cuestionada: “El juez de paz y la fiscalía no paran de archivar causas. La justicia de Epuyén es una utopía”.
Eusebio aseguró que “las autoridades favorecen a comerciantes y especuladores que no viven en Epuyén, pero vienen a destruir el territorio. Le dan la espalda al vecino que trabaja la tierra y cuida el bosque”.
La situación emocional también es crítica: “Nos mantenemos de pie gracias a la comunidad. La salud mental está devastada. No podemos entrar solos al municipio porque nos maltratan. Por eso vamos en grupo”. Además, organizan comisiones de viandas y mingas para autoconstruir: “Nadie se salva solo, aunque las autoridades parezcan querer dinamitar el trabajo comunitario”.
Sobre la continuidad del reclamo, anticipó: “Pensamos volver a Rawson y llenar la plaza de carpas. Ya fuimos con peticiones a doce ministerios. También queremos hacer peñas y otras actividades para sostenernos entre nosotros”.
Cerca de 80 familias perdieron absolutamente todo, incluidas sus viviendas y vehículos. “Hay familias excluidas de la ayuda por motivos arbitrarios. Lo que vivimos hoy no es solo el fuego, es la violencia institucional”, cerró.