El Concejo Deliberante de El Bolsón aprobó por unanimidad nombrar “Dra. Susana Raquel Bosio” al espacio público de San Martín y Diagonal Merino. La sesión tuvo momentos de alta emoción: se leyó una carta de Noel Guasco y el presidente Agustín Guasco dedicó palabras a su madre, cuya trayectoria médica y humana fue destacada por todos los bloques.
El Bolsón eligió detenerse un minuto para decir gracias. En la última sesión, el Concejo Deliberante puso nombre y memoria a un punto de encuentro: “Dra. Susana Raquel Bosio”. No fue solo un trámite. Fue reconocer a la médica que atendía sin mirar el reloj, que escuchaba antes de recetar, que buscaba equilibrio cuando había ruido. La comunidad confirmó algo que ya sabía en la calle: hay personas que hacen la diferencia en silencio, y merecen quedar escritas en el mapa para que nadie olvide por qué.
La decisión sintetiza un reconocimiento comunitario a una médica que marcó generaciones desde la cercanía y el servicio.
Antes de la votación, se dio lectura a una carta enviada por Noel Guasco, quien no pudo asistir. El mensaje agradeció el gesto y subrayó el legado de Bosio en la atención y el cuidado de los vecinos, dentro y fuera del consultorio.
Tomaron la palabra concejales de distintos bloques para sumar miradas y recuerdos. Laura Rojas abrió el tramo de expresiones con una síntesis del clima que se vivía en el recinto: “Este tema nos embarga, emociona a todos y a todas”.
Carlos Pérez puso foco en la trascendencia comunitaria del gesto: “Para nuestra generación es muy importante”. Valoró que el Estado local inscriba en el mapa un ejemplo ciudadano que la gente ya reconoce en la memoria cotidiana.
Natalia Karavassilis remarcó el costado humano de la homenajeada y el consenso político alcanzado: “Estoy muy feliz de ser parte de este reconocimiento, muy merecido”.
También intervino Efraín Ranea, quien celebró el tono de toda la jornada: “Yo quiero celebrar la sesión de hoy toda… merecido el reconocimiento para su madre, señor presidente”.
El presidente del Concejo, Agustín Guasco, cerró visiblemente conmovido, agradeció a su familia y a los bloques y dejó una idea rectora para el futuro del cuerpo: honrar con trabajo y equilibrio el ejemplo que hoy la ciudad convierte en nombre propio de una plaza.
El homenaje no cambia calles, cambia memoria. Desde hoy, “Dra. Susana Raquel Bosio” es un punto de encuentro y, sobre todo, una vara ética para la comunidad.