La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) volvió a poner sobre la mesa una situación que ya no puede seguir esperando: la precarización laboral y el abandono que atraviesa la residencia de larga estadía Quilla Hue. Pero esta vez, a los reclamos por infraestructura y condiciones de trabajo, se suma una preocupación aún más profunda: el deterioro del espacio en el que viven nuestros adultos mayores, muchos de ellos sin familia ni recursos.
En las afueras del establecimiento, carteles como “Falta inversión en infraestructura edilicia”, “Acá hay trabajadorxs precarizadxs” y “No a la precarización laboral” resumen las demandas. Pero lo que no se ve desde afuera, también duele.
Nos llegó información sobre el mal estado de los baños y condiciones generales dentro del hogar, lo cual atenta directamente contra la dignidad de quienes allí residen. Es necesario recordar que Quilla Hue no es solo un lugar de trabajo ni un edificio cualquiera: es el hogar de personas mayores en su última etapa de vida. Personas que merecen cuidados, respeto y calidad de vida. ¿Dónde queda la humanidad cuando los baños están rotos, las instalaciones deterioradas y las respuestas no llegan?
Contreras, referente del gremio ATE, expresó: “La verdad es que esta residencia está abandonada por parte de la provincia, y no responde a lo que debe que es la atención de los mayores que están en la residencia”. Denunció también que una trabajadora fue presionada para retirar los carteles que el gremio había colocado días atrás, lo que refleja la tensión creciente: “Aparentemente molesta más el cartel que la situación, y nosotros ante eso vamos a ser más rigurosos aún en los reclamos”.
Por otra parte, surge una pregunta clave: ¿quién supervisa estas condiciones? Según información a la que accedimos, la Defensoría del Pueblo de Río Negro realizó un relevamiento en diciembre, pero no se conoce ningún informe oficial sobre mejoras concretas desde entonces. Más preocupante aún, se supo de una posible convivencia entre quien debería auditar y controlar la situación. Esta información no pudo ser confirmada, pero plantea una sombra de connivencia que debe ser aclarada con urgencia.
En el plano laboral, la situación también es alarmante. Los trabajadores expresaron su disconformidad con el reciente aumento salarial, impuesto sin consenso: “Ningún trabajador está contento con esto, con este aumento que es insuficiente”, expresó una de las trabajadoras. Una reunión con el Ejecutivo municipal y la Secretaría de Trabajo está prevista, donde esperan propuestas reales: “Ahí veremos qué es lo que nos ofrecen”.
Pero más allá del conflicto gremial y de los reclamos salariales, lo que está en juego es algo mucho más profundo: la dignidad de nuestros abuelos, especialmente de aquellos que menos tienen, algunos sin familia, otros sin voz. No es solo una residencia: es su hogar. El abandono no puede ser la respuesta institucional en esta etapa de sus vidas.