El Tren Patagónico, que une San Carlos de Bariloche con Viedma, no solo es una experiencia turística y cultural única en la región, sino también una oportunidad para disfrutar de una propuesta gastronómica destacada a bordo de su coche comedor.
A lo largo de sus más de 800 kilómetros de recorrido, el tren ofrece al viajero no solo paisajes inigualables de la estepa rionegrina, sino también comodidades poco habituales en los servicios ferroviarios del país: un coche cine, un coche comedor y el encanto de un viaje que mezcla lo clásico con lo moderno.
Un menú variado y accesible
En el coche restaurante, los precios son accesibles y reflejan una apuesta por la cocina casera, con opciones para todos los gustos, desde desayunos y minutas hasta platos principales elaborados.
Entre los precios destacados:
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Un plato principal como goulash de cordero patagónico cuesta $40.000.
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Las milanesas (a la napolitana o a la suiza), también $30.000 a $40.000.
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El menú vegetariano ofrece hamburguesas de legumbres desde $20.000 y crepes de vegetales por $25.000.
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Los postres tienen un precio unificado de $13.000, incluyendo flan mixto, bombón suizo o ensalada de frutas.
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El café ronda los $4.000 y las gaseosas o jugos, unos $3.500.
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Las cervezas (473cc) se ofrecen a $4.000 y la cerveza artesanal "Kooch", a $6.000.
Además, hay opciones para personas celíacas tanto en platos principales como en desayunos, lo que posiciona al servicio como inclusivo y pensado para diversos públicos.
Más que un tren, una experiencia
El coche comedor es solo una parte del atractivo. El coche cine, otro de los servicios a bordo, propone funciones en movimiento que complementan la experiencia. La travesía en el Tren Patagónico no es solo un traslado entre dos puntos, sino un viaje en sí mismo, cargado de historia, sabores y cultura.